En el Instituto del Puerto de San Antonio se vivían los alegres y nerviosos preparativos para la gran liberación programada en conjunto con Libro Libre Chile y que se concretaba gracias al apoyo de la Embajada de Dinamarca, que donó los libros, y al interés y gran entusiasmo de la profesora Ana Bravo Jeria.

            Por los amplios pasillos del colegio circulaban muy bien uniformados los integrantes de la banda escolar, guapos adolescentes premunidos de flautas y partituras, y por aquí y por allá se divisaba a pequeños en traje de  muñecos, soldaditos de plomo, bailarinas, patitos feos que no eran para nada feos, vendedoras de fósforos, pulgarcitas y otros personajes. Las mamás se instalaban orgullosas en la biblioteca transformada en imponente salón de actos, cámaras en ristre.

El acto fue una gran fantasía, con personajes de nuestros cantos tradicionales entrando y saliendo de las páginas de un libro con rondas y canciones de todos los tiempos. Para dar paso luego a los personajes de Andersen, cada uno con su mensaje y su saludo a la sala abarrotado de estudiantes, profesores y padres y apoderados.

Orgulloso, el padre José Antonio López Capó, director del establecimiento, auscultaba todo desde las últimas filas y las profesoras y profesores encargados del acto sonreían satisfechos de la labor cumplida.

La banda cerró con sus mejores melodías, impecable y armoniosa, mientras se daba el broche de oro con los libros de Andersen volando hacia las manos de decenas de alumnos que pujaban por tener su ejemplar libre para saborearlo, notificarlo convenientemente en el taller de computación  y luego liberarlo para que otros también comenzaran a disfrutar de sus páginas.

Y ese fue un compromiso que selló con su destreza la alumna Francisca Espinoza, de  3ª año B, quien fue la primera en ingresar su libro al sitio www.librolibrechile.cl , señalando allí que lo liberaría con su familia.

MOVILIZADORES DE LA FANTASÍA

            Las emociones no amainaron en el colegio Movilizadores Portuarios, donde los impecables alumnos, muy bien formados y en silencio,  esperaban expectantes. Parecía no hacerles mella el día húmedo y frío que enmarcaba al puerto en esa jornada.

            También aquí todo fue fantasía y creatividad. Niños-letras, flores, la poesía de Gabriela Mistral, canciones. Ni una gran nota siete daría cuenta de la perfección, del orden, de la belleza y el entusiasmo que profesores y alumnos pusieron en ese acto cargado de sentido y lleno de evocaciones literarias.

            Y finalmente los libros de Andersen emprendieron también su vuelo entre los estudiantes que reclamaban con energía su ejemplar libre.

En la retina se quedó una imagen que pedía a gritos un marco especial. Al despedirnos de las amables profesoras y profesores, nos encontramos en el patio con estudiantes devorando con los ojos y las manos los cuentos recién liberados. Ajenos al mundo, sin percatarse que los observábamos, comentando entre nosotros ese espectáculo tan especial. Allí estaban, inmersos completamente en la lectura, volando junto al mundo encantado del genial Hans Christian Andersen.

Esperamos que estos libros vuelen y vuelen y los alumnos del Instituto del Puerto de San Antonio y de la Escuela Movilizadores Portuarios, sigan desplegando sus energías para dar cada vez más alas a estos libros libres. Y que sólo se detengan por momentos en los Punto Libro Libre de cada establecimiento, para continuar luego con más ahínco su viaje en libertad.