Los libros formaban parte de su vida cotidiana mucho antes de que aprendiera a leer. Porque en esos tiernos años era su madre quien le leía regularmente cuentos y poemas.

"Aprendí a leer a los 5 años, en México, en un poster que reproducía el poema de Neruda Nuevo canto de amor a Stalingrado ; eran tiempos de la segunda guerra", nos cuenta Poli Délano. Después, dice, vendrían los cuentos de hadas: Andersen, los hermanos Grimm, Perrault y todos los que caían en sus manos.

"También pasé momentos muy felices con El tesoro de la juventud. En mi casa hubo siempre mega-biblioteca.", recuerda.

Y entre tanto y tanto leer, hubo muchos títulos que lo remecieron y que nunca olvidó. "De niño me impresionó mucho Los chicos de la calle Paul, del húngaro Ferenc Molnar. En la adolescencia, Las uvas de la ira, de Steinbeck y "Los Thibault", de Roger Martin du Gard. Después vino Hemingway, con todo. Y bastante más tarde, Charles Bukowski, cuyas obras devoré con entusiasmo. Desde los 19 años he leído y releído a Shakespeare."

Y para él es importante releer. Por eso ha vuelto sobre Shakespeare (todo), el Quijote y las obras completas de Neruda. Leer y especialmente releer, es para Poli Délano " una espléndida forma de deleite, porque nos mantiene viva y nos desarrolla la imaginación.

UN CONTADOR DE HISTORIAS

A Poli Délano la escritura y las artes le vienen en los genes, ya que es hijo del escritor y diplomático Luis Enrique Délano y de la fotógrafo Lola Falcón. Debido a los viajes de sus padres nació en Madrid en 1931.

Tuvo a su cargo durante años la cátedra de Literatura Norteamericana en la Universidad de Chile, hasta que fue exonerado en 1973, el mismo año en que ganó el Premio Casa de las Américas, de cuento.

En 1975 obtuvo el Premio Nacional de Cuento, en México, país en el que vivió el exilio, entre 1974 y 1984. Un país que conoció también de niño, cuando su padre se desempeñó como Cónsul junto a Pablo Neruda, con el cual también compartieron una hermosa residencia. Esa experiencia que tuvo de niño la volcó en el libro Policarpo y el tío Pablo, editado en 2004, para el centenario de Pablo Neruda. Este último fue el culpable del apodo de Poli con el que todos lo conocemos, ya que antes de que naciera le puso Policarpo, nombre del que lo salvó oficialmente su madre, pero que se mantuvo para siempre en ese diminutivo.

Maestro del relato, ha escrito una importante cantidad de obras, entre las cuales están los libros de cuentos Amaneció nublado (Chile, 1963), Vivario (Chile, 1971), Cambio de máscara (Cuba, 1973), Como buen chileno (Argentina, 1973), Sin morir del todo (México, 1975), Dos lagartos en una botella (México, 1975), Veinticinco años y algo más (Chile, 1985), Como una terraza en la quebrada (Chile, 1987), Un leopardo en la cumbre de un volcán (Cuba, 1989), Cuentos escogidos (México, 1994), Cuentos (Chile, 1996), Solo de Saxo (México,1998); las novelas Cero a la izquierda (Chile, 1966), En este lugar sagrado (México, 1977 - primera edición), Piano-bar de solitarios (México, 1983-primera edición), El hombre de la máscara de cuero (Chile, 1984- primera edición), Como si no muriera nadie (Chile, 1987), Casi los ingleses de América (Chile, 1990), Muerte de una ninfómana (Chile, 1996), Humo de trenes (Chile, 1997), La cola (México, 1999); Este banco del parquePolicarpo y el tío Pablo (2004). (Chile, 2002);

Hace poco presentó su trilogía Estás ahí (Editorial Andrés Bello), que reúne tres novelas cortas: Estás ahí, El rayo Verde y El verano del murciélago. En el lanzamiento del libro en México el escritor Rafael Ramírez Heredia comentó:

"Poli Délano es el escritor de las dos patrias, escritor de tiempo completo quien carga el dolor de lo sucedido de manera permanente. De ahí su aguda sensibilidad para tejer libros como Estás ahí". En estos últimos trabajos Poli Délano recurre a la memoria, a los antepasados -siguiendo un consejo que le dio hace muchos años Pablo Neruda, según dijo- y a los temas recurrentes del amor y el desamor.